Un síndrome que ayuda a los niños que crecen sin el cuidado de sus padres.
Hay un síndrome desconocido con el que conviven cientos de españoles. Mujeres y hombres con una sensibilidad especial, capaces de ver en sus objetos más valiosos... escenas de una infancia feliz.
Las personas que tienen este síndrome llevan una vida totalmente normal, pero donde otros solo ven un coche o un cuadro, ellos ven a dos hermanos jugando, a unos niños haciendo sus deberes o tomando un nutritivo desayuno antes de ir al cole.
Y es que cuando alguien incluye a Aldeas Infantiles SOS en su testamento, ya no vuelve a percibir sus bienes y pertenencias de la misma forma. Es capaz de mirarlos y ver en qué se pueden transformar: una infancia feliz para los más de 300.000 niños que están riesgo de perder el cuidado de sus padres en España.
El caso de Mari Carmen
Todo el mundo debería tener este síndrome. Es maravilloso
Tras una vida dedicada a educar niños con gran esfuerzo y pasión, Mari Carmen fue nombrada directora del colegio en el que era profesora. Ahora, al mirar la joya que estrenó ese día tan memorable, ve niños rodeados de libros. Ella está convencida de que una buena educación es la mejor herencia que te pueden dejar.
Al incluir a Aldeas Infantiles SOS en su testamento, se asegura de que los niños que no pueden crecer con sus padres puedan estudiar, desarrollar todas sus capacidades y tener las mismas oportunidades que los demás.
El caso de Luisa
Yo elegí verlos en el coche y en el chelo. Es que puedes elegir
Luisa siempre ha sido una mujer decidida. Para ella tener coche era sinónimo de independencia y le recuerda a los viajes que hacía con sus dos hermanas. Es una mujer comprometida con las necesidades de su tiempo y es consciente de que hay muchos niños que necesitan mejorar sus condiciones de vida. Por eso, cuando mira las llaves de su coche ve a unos niños corriendo por el parque, sonriendo felices.
Al incluir a Aldeas Infantiles SOS en su testamento quiere que los hermanos que no pueden vivir con sus padres no tengan que separarse nunca y puedan crecer juntos.
El caso de Antonio
Tú ahora no te lo planteas, pero una vez que oyes hablar de él es muy contagioso
Antonio, hombre inquieto y divertido, fotógrafo de profesión, ha viajado por todo el mundo y ha visto las dos caras de la moneda. Ha visitado lugares increíbles pero también ha visto mucha injusticia, por eso siempre le ha parecido tan importante tener un hogar al que volver. Sabe muy bien lo esencial que es vivir en un entorno seguro como el que él les ha dado a sus hijos, y como el que desea que todos los niños puedan tener.
Dejando su casa en testamento a Aldeas Infantiles SOS quiere asegurarse de que los niños que no pueden vivir con sus padres tengan un hogar y una familia estable.
Síntomas
Cada caso es único. Unos ven a los niños en su casa, otros en el coche, en una joya o en la cartilla de ahorros. Pero todos coinciden en que ven imágenes muy parecidas.
Niños en un hogar
Ven escenas de un día cualquiera en la vida de un niño: la merienda, el momento de lavarse los dientes o la hora del cuento.
¿Por qué ocurre? Porque con su testamento solidario, Aldeas Infantiles SOS protegerá a los niños que no pueden vivir con sus padres proporcionándoles una familia que los quiera y los cuide.
Hermanos jugando
Los hermanos a veces también se pelean, pero es que, al fin y al cabo, son niños.
¿Por qué les ven jugando juntos? Porque Aldeas Infantiles SOS se asegurará de que no separen a los hermanos que no pueden vivir con sus padres. Así seguirán teniendo un lazo familiar fuerte, un gran apoyo y a los mejores compañeros de juegos del mundo.
Jóvenes estudiando
Pueden verlos haciendo los deberes, estudiando para un examen o incluso el día de su graduación.
¿Por qué esta visión de futuro? Porque al incluir a Aldeas Infantiles SOS en su testamento, saben que ayudarán a los niños y jóvenes que se encuentran en situación de vulnerabilidad a estudiar, desarrollar su potencial y tener las mismas oportunidades que los demás.
Origen
Hace 70 años, tras la devastadora Segunda Guerra Mundial, un médico austriaco sintió la profunda necesidad de dar a los niños huérfanos una familia, un hogar. Estaba convencido de que ningún niño podía vivir sin el amor y la protección que ofrece un entorno familiar en el que crecer rodeado de cariño y seguridad. Una visión que cambió la vida de miles de niños.
Su nombre era
Hermann Gmeiner y su legado al mundo fue crear Aldeas Infantiles SOS
Desde entonces, se dice que alguien tiene el síndrome de Gmeiner cuando al mirar las pertenencias que ha dejado a Aldeas Infantiles SOS en su testamento, ve una infancia feliz.